13 octubre 2015

A propósito de Rigau.

A propósito de Rigau.

La televisión, periódicos, redes sociales… se hacen eco hoy de la comparecencia de Irene Rigau y Joana Ortega ante la justicia catalana. Llamadas a declarar ambas esta misma mañana en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Imputadas por la organización de la consulta sobre la independencia del 9 de noviembre de 2014.
En sus declaraciones al Tribunal, la Consejera de Enseñanza de Cataluña, ha afirmado que “una sociedad democrática tiene que conocer la opinión de la ciudadanía”. Totalmente de acuerdo señora Rigau. 

Lamentablemente en la sociedad española se ha creado un circo mediático y político en torno al secesionismo catalán que ha llevado a cometer muchos errores y desde un amplio espectro. 

 
Los medios de comunicación se pronuncian, informan de lo que pueden o lo que les dejan, no ofrecen ni se encuentran datos serios acerca de la viabilidad o no de la secesión. De lo que supondría una Cataluña independiente. Y se incide en crear miedo en la sociedad española, fomentando el desconocimiento y un enfrentamiento social o brecha, dicen. 

De los bancos se escucha venir la palabra corralito, y ay! que miedo, ya que amenazar con "el dinero" tan preciado en estos tiempos que corren asusta.
Se cuestiona la pertenencia a Europa o no. Se oyen divagaciones sobre la moneda. Se debate abiertamente la posible nacionalidad, española o catalana. Y así un eterno enumerado de dicotomías sin base. 

Aceptar que Cataluña reclama un carácter especial reconocido antaño en los conocidos fueros es un hecho y una realidad. Cataluña, o parte de ella, defiende una idiosincrasia, una lengua, elementos históricos, ciertas concesiones administrativas que otras autonomías como País Vasco o Navarra si tienen "reconocidas". Es otra realidad.
La sociedad avanza y si hemos lidiado en situaciones más complicadas podemos darle cabida,  sea cual sea. Conocer la pluralidad de opiniones de la ciudadanía catalana y, española si se quiere. Conocer esos pensamientos y sentires, e intentar llegar a un diálogo razonable es el mayor logro para el bienestar común. Basta ya de divagaciones. 


Melancólica no quisiera una fractura territorial ni burocrática de catalanes y el resto de autonomías, pero si así lo fuere, es respetable.  Así que invito a la reflexión en base al respeto y en base a como se ha montado un tenderete mediático en el que todos tenemos voz, y gran desconocimiento.

A propósito de Rigau.


 

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